Change location

You are about to change the origin location from where you are visiting Credit-suisse.com.

*The location of origin is defined in your browser settings and may not be identical with your citizenship and/or your domicile.

Credit Suisse Global Investment Returns Yearbook

Anuario de Rentabilidad de Inversiones Globales de Credit Suisse 2023

Si busca el equivalente de la Biblia de rentabilidades de inversiones, solo tiene que acudir al Anuario de Rentabilidad de Inversiones Globales de Credit Suisse, publicado el 23 de febrero. En su 15.ª edición, este informe, elaborado en colaboración con el profesor Paul Marsh y el doctor Mike Staunton, de la London Business School, y el profesor Elroy Dimson, de la Universidad de Cambridge, ofrece a los inversores la perspectiva histórica que en ocasiones se precisa ante cambios de régimen tan profundos como los experimentados desde el año pasado.

Entre el acervo de información y análisis históricos que el Anuario ofrece en relación con 35 países, tanto desarrollados como emergentes, y que se remontan a 1900, son tres los aspectos que resultan especialmente de actualidad en esta edición.

En primer lugar, el historial de los rendimientos, desde una perspectiva a largo plazo, que revela cómo la renta variable ha superado a la renta fija y a las letras del tesoro en todos los países desde 1900. La adopción de esta perspectiva es un aspecto positivo en un momento en que la renta variable atraviesa un periodo de escasa visibilidad, como el actual, ya que refuerza nuestra decisión de mantener inalteradas las asignaciones estratégicas de activos a la renta variable en un 50%, por ejemplo, en las carteras equilibradas, en aras de alcanzar unas valoraciones y expectativas de beneficios adecuadas que nos permitan recomponer tácticamente las asignaciones a la renta variable desde la infraponderación actual.

En segundo lugar, si bien la renta variable ha disfrutado de excelentes rendimientos a largo plazo, no es ni ha sido nunca la cobertura contra la inflación que muchos observadores sugieren. La inflación, cuando es elevada, no es beneficiosa para ninguna clase de activos, dado que reduce la rentabilidad real que puede obtenerse por encima de la inflación. Los inversores deberían tener este hecho en cuenta a la hora de calibrar las expectativas de rentabilidad de sus carteras de activos financieros este año y el próximo: esperar unas rentabilidades reales inferiores a las de años anteriores, cuando la inflación era baja.

En tercer lugar, la prima de riesgo histórica de los rendimientos de la renta variable y la renta fija con respecto a las letras del tesoro existe por una razón: un pago necesario por el riesgo de volatilidad y caída. Un periodo prolongado de rendimientos reales elevados y estables quizá haya ensombrecido la perspectiva de muchos. A lo largo de las dos últimas décadas hemos experimentado cuatro mercados bajistas de renta variable, y los inversores necesitan ser remunerados por este riesgo. Creemos hallarnos ante un periodo de alto riesgo para la renta variable, y el Anuario nos recuerda cómo la diversificación de las carteras puede atenuar tales riesgos. A nuestro juicio, los bonos volverán a desempeñar su papel diversificador a medida que nos aproximemos al final del ciclo de endurecimiento monetario. No obstante, recoger los beneficios de la diversificación puede implicar algo más que mezclar renta variable con renta fija, como la falta de éxito de las estrategias 60:40 de renta variable-renta fija recordó dolorosamente a los inversores el año pasado. En el nuevo contexto geopolítico surgido a partir de 2022, el capítulo de este año analiza en detalle el papel de las materias primas como diversificador.

Datos y cifras clave

De 1900 a 2022, los rendimientos medios reales de la renta variable mundial fueron del 5 %, frente a menos del 2% para la renta fija mundial y menos del 1 % para las letras del tesoro.

Cuanto más elevados sean los tipos de interés reales, mayores serán los rendimientos tanto de los bonos como de las acciones en los cinco años siguientes. Hemos pasado de rendimientos reales negativos del -1 % en bonos a 10 años, cuantificados por los bonos estadounidenses protegidos contra la inflación, a rendimientos reales positivos del +1 % desde el año pasado. En los cinco años siguientes, la rentabilidad real anual característica de la renta variable ha sido históricamente del 5,1 %. La rentabilidad real anual característica de los bonos es del 1,6 %. Este porcentaje es ligeramente superior al de los rendimientos medios a cinco años que siguen a un periodo de tipos de interés reales negativos.

La inflación es negativa tanto para los bonos como para las acciones, pero aún es peor para los primeros. Cuando la inflación ronda el 4 %, la rentabilidad real de la renta variable es del 6,0 % y la de la renta fija se aproxima al 0 %. Esto contrasta con el 11,2 % de rentabilidad real de la renta variable y el 4,7 % de la renta fija cuando la inflación es del 1,7 %.

Las opiniones de los inversores sobre el futuro están condicionadas por las experiencias vividas. Estas experiencias difieren según las cohortes generacionales, definidas por el año de nacimiento y no por la edad actual. Los «baby boomers» (nacidos entre 1946 y 1964) fueron la generación de posguerra, seguida de la «generación X» (nacidos entre 1965 y 1980) y los «millennials» (nacidos entre 1981 y 1996). Demógrafos y científicos sociales señalan notables diferencias en los gustos, hábitos y expectativas de cada cohorte. Sin embargo, sus experiencias en el mercado de capitales han sido muy parecidas. Las carteras 60:40 de renta variable y renta fija han reportado a los «baby boomers» un 5,6 % de media en términos reales, un 5,1 % a la generación X y un 4,7% a los «millennials». Sin embargo, la «generación Z» (nacidos entre 1997 y 2012) se enfrenta a un futuro distinto. Para ellos, se espera que la cartera 60:40 ofrezca una rentabilidad real de alrededor del 3 %, sensiblemente inferior a la rentabilidad real de la que se beneficiaron las tres generaciones anteriores.

El oro ha obtenido una rentabilidad real media inferior al 1 %, con una volatilidad similar a la de la renta variable del 17 %, pero aun así, sigue reportando un 0,3 % más de rentabilidad que el efectivo.

Índice Credit Suisse SFO del cuarto trimestre y del ejercicio 2022 completo

Puesto que hablamos de rentabilidad de las inversiones, cabe mencionar lo que ha revelado la actualización del cuarto trimestre de nuestro índice Credit Suisse Single Family Office (SFO). En general, los SFO perdieron un modesto -0,5 % en el cuarto trimestre, lo que sitúa el rendimiento anual global de 2022 en el -12,3 %. Los principales perjudicados durante el año fueron las acciones cotizadas (-9,3 % de contribución a la rentabilidad), seguidas de los bonos (-2,22 %). Si bien las inversiones alternativas (hedge funds y capital riesgo) realizaron contribuciones positivas durante gran parte del ejercicio, terminaron el año con una pequeña contribución negativa (-0,35 %). La única contribución positiva la reportaron las materias primas. Debido a sus mayores asignaciones a la renta variable, los SFO de mayor tamaño obtuvieron peores resultados que los pequeños y medianos en 2022. Esto contrasta con los dos años anteriores, en los que los SFO de mayor tamaño superaron a los pequeños y medianos. En términos regionales, Asia y Europa superaron a Oriente Medio. Desde 2020, los SFO se sitúan más o menos donde empezaron antes de la COVID en cuanto a rendimiento acumulado. Los SFO medianos han incrementado sus activos en custodia en alrededor de un 5,4 % en términos acumulados desde enero de 2020. Los SFO de mayor tamaño han aumentado un +3,7 % acumulado. Los pequeños SFO han registrado un descenso del -3,65 %.

Los datos históricos de rentabilidad y escenarios de los mercados financieros no constituyen indicadores fiables de la rentabilidad futura.

Todas las inversiones entrañan un cierto nivel de riesgo. En pocas palabras, el riesgo es la posibilidad de perder o no ganar dinero. Antes de invertir, cerciórese de que comprende los riesgos asociados a los productos. Al igual que con cualquier otra inversión, podría perder dinero durante cualquier periodo de tiempo.

Riesgos de tipo de interés y de crédito: La retención del valor de un bono depende de la solvencia del emisor o del garante (según corresponda), que puede variar a lo largo de la vigencia del bono. En caso de incumplimiento por parte del emisor o el garante del bono, el bono o cualquier ingreso derivado del mismo no está garantizado y es posible que no recupere nada o menos de lo invertido originalmente.

En el caso de que estos materiales incluyan afirmaciones sobre el futuro, tales afirmaciones son de carácter prospectivo y están sujetas a una serie de riesgos e incertidumbres, por lo que no constituyen una garantía de resultados futuros.

Descubra las últimas novedades en gestión de patrimonio

“90 segundos con” podcast mensual

“90 segundos con” podcast mensual: Septiembre de 2023

Seguimos centrados en la calidad 

Escuche el podcast

Experiencia en inversión e investigación

Saved to your collection