Infraestructuras

Las acciones del sector de infraestructuras tienden a proporcionar sólidas rentabilidades por dividendos, lo que las hace atractivas para los inversionistas que luchan por generar rendimientos en medio de tasas de interés bajas o incluso negativas en muchas partes del mundo. Este entorno de tasas bajas o negativas, que favorece el proceso de autorización de nuevos proyectos, debería seguir respaldando la Supertendencia «Infraestructuras – Cerrando la brecha» en los meses venideros. Por otra parte, las preocupaciones en torno al cambio climático están creando poderosos catalizadores normativos y políticos en el ámbito de las infraestructuras. Por último, nuestro nuevo subtema «Ciudades inteligentes» se centra en los desafíos en materia de infraestructuras que enfrentan los centros urbanos de rápido crecimiento, incluyendo los nuevos desafíos surgidos con la pandemia del coronavirus.

Infraestructura listada: la clase de activos «It»

La infraestructura listada es una clase de activo joven pero en rápido crecimiento. Según las estimaciones de la Global Listed Infrastructure Organization (GLIO), los activos administrados (AuM) por los fondos de infraestructura listados aumentaron de  17 000 millones USD en 2010 a unos 108 000 millones USD en 2019. Al mismo tiempo, el número total de fondos de infraestructura listados a nivel mundial aumentó a más del doble, pasando de 25 a 60. La GLIO proyecta que los AuM podrían volver a triplicarse y superar los 300 000 millones USD en los próximos diez años.

En el pasado, la inversión en activos de infraestructura solo era accesible al sector de private equity: los inversionistas institucionales compraban directamente estos activos físicos para tener acceso a flujos de efectivo estables. En los últimos años, la oferta de activos de infraestructura disponibles se ha vuelto más escasa, lo que hace que hay un mayor número de fondos de private equity a la caza de un menor número de activos. A medida que suben los precios de transacción para los activos de infraestructura, las altas valoraciones representan el principal desafío para los administra- dores de infraestructura de private equity que buscan desplegar el capital captado.

Las empresas de infraestructura listadas operan los activos de infraestructura existentes (autopistas de cuota, aeropuertos, etc.). Cuando los inversionistas (es decir, fondos de infraestructura listados) compran acciones de empresas de infraestructura listadas, adquieren activos de infraestructura existentes con flujos de efectivo continuos.

En consecuencia, las empresas de infraestructura listadas se han convertido en una clase de activos atractiva para el creciente número de fondos de infraestructura listados, así como para los fondos de private equity que buscan oportunidades para desplegar su capital. Dado que una gran cantidad de «pólvora» (es decir, capital captado pero no gastado) de los fondos de private equity está esperando ser invertida en activos de infraestructura, las empresas de infraestructura listadas pueden ofrecer un despliegue de este capital a corto plazo o incluso convertirse en una atractiva alternativa de inversión a largo plazo para los activos físicos de infraestructura.

Transportes

Construir para impulsar

Una confluencia de factores, como la ralentización del crecimiento del PIB, el envejecimiento de los sistemas de transporte y las preocupaciones por el cambio climático siguen impulsando las inversiones en infraestructura de transporte en todo el mundo.

México, por ejemplo, anunció un programa de infraestructura de 43 000 millones USD para reactivar su economía después de haber entrado en una recesión técnica en 2019. El objetivo es lograr un crecimiento anual del PIB de más del 4% entre 2020 y 2024 a partir de 147 proyectos de infraestructura, muchos de ellos en el sector del transporte, y aumentar la proporción de inversiones en el PIB de México del 20,5% actual al 24%3. Filipinas ha lanzado un programa de infraestructura de 177 000 millones USD con el lema de «Construir, Construir, Construir» para aumentar el gasto del 2,6% del PIB en 2015 al 7% hasta 2022 y responder a su considerable problema de tráfico: el Foro Económico Mundial sitúa la calidad de la infraestructura de transporte del país en el puesto 102 de 141 países4. La capital, Manila, ocupó el segundo puesto entre 416 ciudades en el Índice de Tráfico TomTom 2019, que mide el congestionamiento urbano. Según el Índice TomTom, los ciudadanos pierden 10 días y 17 horas cada año debido al tráfico en las horas punta. El gobierno quiere reducir en un tercio los dos millones de autos que transitan diariamente por la principal arteria de tráfico de Manila.

Alemania también está intentando reactivar su economía ralentizada, con el mayor programa de modernización (86 000 millones EUR en 10 años) realizado en los 180 años de historia de su sistema ferroviario. El aumento del número de viajeros en los trenes de larga distancia, de 148 millones en 2018 a 260 millones en 2030, también debería apoyar el objetivo climático del gobierno de reducir «drásticamente» las emisiones de CO2.

Energía y agua

Prepararse para el cambio

El cambio climático, unido al crecimiento de la población mundial, está obligando a los gobiernos de todo el mundo a introducir cambios urgentes en la generación de energía y el suministro de agua. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), en su Perspectiva Mundial de la Energía de 2019, proyecta que la combinación de combustibles en la generación de energía tiene que cambiar drásticamente bajo su Escenario de Desarrollo Sostenible (EDS), que tiene por objeto limitar el calentamiento global a 1,5°C para finales de siglo. Bajo el EDS, más del 40% del suministro de electricidad mundial deberá llegar a través de la energía solar y eólica en 2040 para poder reducir de forma significativa las emisiones de carbono. Por lo tanto, según nuestros cálculos, la capacidad de generación de electricidad para la energía eólica y solar tendrá que aumentar más de siete veces para alcanzar ese objetivo.

Esto requiere una rápida expansión de la infraestructura de generación energética para la energía eólica y solar. Además, es necesario mejorar las redes de transmisión porque la proporción de suministro de electricidad intermitente que procede de fuentes de energía renovables tendrá que crecer a un ritmo exponencial. Las empresas de servicios públicos se beneficiarán de esta transición energética porque, en su sistema de generación, tienen una gran proporción de energía renovable y están aumentando su  base de activos mediante inversiones en la red de suministro en sus empresas de distribución reguladas.

El gas natural sigue siendo un importante combustible puente porque es más limpio que otros combustibles fósiles (petróleo y carbón). Por consiguiente, bajo el EDS, la demanda de gas natural se estabilizará entre 2020 y 2030 y luego comenzará a bajar gradualmente hasta 2040 (sólo un 2% menos desde los niveles de 2018). Los operadores de las infraestructuras de gas natural, incluidos los gasoductos o las terminales de gas natural licuado, continuarán beneficiándose en el futuro de una demanda estable de gas, incluso bajo el EDS. No obstante, los operadores de gasoductos siguen teniendo que reducir las emisiones de carbono o se enfrentan a la pérdida de acceso al financiamiento de nuevos proyectos de gasoductos.

Previsiones de demanda de carbón, petróleo y gas

Otros combustibles fósiles enfrentan un destino diferente. La demanda de carbón tendría que bajar un 62% entre 2018 y 2040, mientras que la de petróleo tendría que bajar un 31% (unos 30 millones de barriles por día) hasta 2040 para cumplir con el objetivo de calentamiento global de 1,5°C bajo el EDS.

La energía nuclear de cero carbono también sigue siendo un combustible puente clave bajo el EDS, aunque menos importante que el gas natural. La AIE proyecta que la proporción de energía nuclear en la producción mundial de electricidad se mantendrá bastante estable en un 11% hasta 2040, en comparación con el 10% en 2018.

El acceso al agua potable es otro desafío importante que muchos países tendrán que manejar cuidadosamente. La demanda de agua podría crecer otro 20% a 30% hasta el 2050, según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019. Como resultado, la ONU predice que hasta 5700 millones de personas, la mayoría en Asia, podrían estar viviendo en zonas con una potencial escasez de agua durante al menos un mes al año para 2050. Uno de los riesgos relacionados con la escasez de agua es el menor crecimiento económico, y el Banco Mundial estima que este problema podría reducir en un 6% el PIB para 2050 en algunas regiones, entre ellas Oriente Medio y África, ya que afecta a la salud, los ingresos y la agricultura. Otro riesgo es que el cambio climático podría provocar un aumento de la migración dentro de los países, con un potencial de 140 millones de personas en movimiento para 2050, según el Banco Mundial. La OCDE estima que se necesitan 13,6 billones USD en inversiones de infraestructura hídrica entre 2016  y 2030 para hacer frente a la escasez de agua.

Ciudades inteligentes

Ciudades inteligentes, curva de aprendizaje empinada

La ONU proyecta que la proporción de la población mundial que vive en zonas urbanas aumentará del 55% actual a casi el 68% para 2050. Esta rápida urbanización aumenta el riesgo de cambio climático y de congestionamiento del tráfico en las grandes ciudades.

Las olas de calor, cada vez más una realidad debido al cambio climático, son más graves en las grandes ciudades, donde los rascacielos, los autos y las carreteras pavimentadas retienen el calor. Además, las megaciudades se enfrentan a desafíos únicos en el manejo de las pandemias, como acaba de experimentar el mundo.

Por lo tanto, las ciudades deben actuar de forma más inteligente si quieren manejar con eficacia el crecimiento urbano y los desafíos que éste implica, incluida la salud pública. En todo el mundo, los planificadores y residentes de las ciudades utilizan tecnologías basadas en datos, como la Internet de las Cosas (IoT) y la inteli- gencia artificial (IA), para mejorar los flujos de tráfico, el diseño de edificios y los sistemas de residuos y agua en las «ciudades inteligentes». Sin embargo, según un blog de Scientific American, aún quedan muchos obstáculos por superar para las ciudades inteligentes, incluyendo datos incompletos, financiación, almacenamiento de datos y preocupaciones sobre la privacidad. Las soluciones inteligentes de transporte y movilidad pueden reducir el congestionamiento del tráfico y mejorar la conectividad. También pueden estimular el crecimiento económico, proporcionando un acceso fiable a las ciudades y creando las llamadas economías de aglomeración. En Francia, el proyecto ferroviario «Grand Paris Express» mejorará las conexiones entre las zonas suburbanas y colonias en desarrollo de París y los distritos de negocios, centros de investigación y aeropuertos de la ciudad para 2035. Por ejemplo, según el sitio web del «Grand Paris Express», un investiga- dor tardará sólo 15 minutos, en lugar de 66, para viajar desde el aeropuerto de Orly hasta el Campus Universitario de París Saclay.

La infraestructura de agua inteligente se centra en la detección automatizada de la contaminación y las fugas para reducir al mínimo la pérdida de agua. La ciudad estadounidense de South Bend, Indiana, por ejemplo, utiliza sensores de IoT en el sistema de canalización para monitorear los niveles de agua y redirigir las aguas residuales en lugar de dejarlas fluir hacia el río. En Europa, la ciudad de Cascais, en Portugal, utiliza contenedores de reciclaje subterráneos equipados con sensores que controlan los niveles de residuos y permiten a los conductores centrarse en las rutas de recolección cuando están llenos los contenedores,  lo que permite ahorrar costes y reducir las emisiones de carbono. Los edificios inteligentes utilizan datos en tiempo real sobre laocupación y las condiciones de temperatura (por ejemplo, iluminación, seguridad y calefacción) para optimizar el espacio y el consumo de energía. MarketsandMarkets estima que el mercado anual de la tecnología de construcción inteligente aumentará de 61 000 millones USD en 2019 a 106 000 millones USD en 2024.

Infraestructura de telecomunicaciones

Crecimiento altísimo

Las empresas de torres de telecomunicaciones ofrecen un atractivo componente de crecimiento dentro de un portafolio de infraestructura global. El crecimiento sostenible proviene de la adquisición de nuevos activos de torres y de un número creciente de arrendatarios por torre.

Como las torres de telecomunicaciones no son activos de misión crítica para los operadores de las redes móviles (ORM), venden sus activos de torres a compañías de torres independientes, ya que es más económico para un ORM arrendar el acceso a la torre que poseer por sí mismo la torre. Esta tendencia de los ORM de monetizar sus activos de torres comenzó en los EE.UU. y llevó al fuerte crecimiento de empresas de torres estadounidenses listadas. El potencial de crecimiento de las empresas de torres europeas es enorme, ya que hay alrededor de 420 000 torres de telecomunicaciones en Europa, tres veces más que en los Estados Unidos. Sin embargo, los operadores de red todavía son dueños de alrededor del 80% de estas torres europeas, en comparación con solo el 16% en los EE.UU., según la GLIO.

En consecuencia, las empresas europeas de torres listadas podrían tener en el futuro las mismas tasas de crecimiento que las de sus homólogas estadounidenses en los últimos 15–20 años. La española Cellnex y la italiana INWIT han liderado esta tendencia de crecimiento en Europa con varias adquisiciones de torres durante el último año. Además, algunos operadores de redes parecen estar considerando la posibilidad de una oferta pública inicial de sus negocios de torres para liberar valor para los accionistas. Además de ampliar su portafolio de activos, las empresas de torres también pueden aumentar el número de arrendatarios por torre para hacer crecer sus negocios.